El 10 de noviembre Evo Morales anunció renunciar a su cargo de presidente de Bolivia. Fue el primer presidente indígena de la historia, icono de los movimientos socialistas en todo el mundo, fue parte de una ola de líderes de izquierda que remodelaron la política latinoamericana durante la década de los 2000.
El escepticismo de la población boliviana sobre las intenciones de su presidente comenzó en 2016, cuando Evo Morales ignoró su derrota en el referéndum constitucional sobre la limitación de la acumulación de mandatos presidenciales, rechazada por el 51,1% de los votantes. Sus esfuerzos para obtener un cuarto mandato sumieron al país en el caos después de reclamar la victoria en las elecciones del 20 de octubre, ya que se vieron empañadas por acusaciones de fraude. Muchos protestantes salieron a la calle durante manifestaciones que cada vez fueron más violentas. Al menos siete personas murieron, y partes enteras del país quedaron paralizadas por los enfrentamientos entre opositores y partidarios de Morales. El 10 de noviembre, Evo Morales perdió su apoyo militar y se vio obligado a renunciar como presidente frente a su pueblo y se exilió de su país al día siguiente. El 12 de noviembre, la senadora Jeanine Añez se proclamó presidenta en funciones y acaba de planificar nuevas elecciones.
Morales presidió un fuerte crecimiento económico
Bajo el mandato de Evo Morales, Bolivia ha crecido de manera importante como país.
Una cifra de relevancia es el crecimiento del producto interno bruto (PIB), de unos 10.000 millones de dólares en 2005 a 40.800 millones en 2018.
Fuente: World bank
Otro dato importante es la reducción de la pobreza extrema que pasó del 36,7% de la población al 16,8% desde que Evo Morales llegó al poder en 2006.
Además del progreso en el dominio económico, Evo Morales ha actuado en favor de una evolución social del país. Tanto oficialistas como opositores reconocen al Gobierno de Morales el proceso de inclusión social de indígenas y mujeres en la participación en el Estado. Una prueba de esa inclusión en el Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, es que la mitad de los parlamentarios bolivianos son mujeres, uno de los porcentajes más altos del mundo.
Sin embargo, estas cifras deben ser puestas en perspectiva, según el economista y profesor de la Universidad Católica Boliviana de La Paz, Gonzalo Chávez, Morales benefició de una “bonanza externa fabulosa”, a la que se sumó la reducción de la deuda externa, lo que hizo posible un progresivo incremento del PIB. El crecimiento económico del país no se libra de dificultades por las que pasa ahora Bolivia, como el déficit público, que en 2018 llegó al 8% del PIB. También resaltó la acumulación de la deuda, externa e interna, que según sus datos llegan al 54% del PIB
Adicionalmente, se critica el hecho de que Morales se haya concentrado en los índices macroeconómicos y haya de una cierta manera dejado un poco de lado el sector privado.
Fuentes: France 24 y Bolivia.com
Una crisis generalizada
La mayoría de los países latinoamericanos son exportadores de materias primas y, como tales, sus economías dependen de las perspectivas de crecimiento económico mundial en este mercado.
Como resultado, esta región atravesó una fase de crecimiento muy fuerte entre principios de la década de 2000 y 2013 debido al considerable aumento del precio de las materias primas. Pero en 2013, esta situación se invirtió y el precio de las materias primas colapso. Las economías de los países de América del Sur comenzaron a derrumbarse, lo que refleja una dependencia excesiva en el mercado de productos primarios.
Entre 2004 y 2011, el crecimiento económico de la región de América Latina y el Caribe registró un promedio de más del 4% anual, mientras que la CEPAL (Comisión Económica para América Latina y los países del caribe) informa de una caída al 0,5% en 2019.
Esta crisis económica no es benéfica para las políticas de izquierdas, que sufren de las políticas comerciales de estados unidos y la guerra comercial con China. Inflación y deuda son las consecuencias de este periodo, afectando las clases medias y bajas que hoy en día forman parte de las rebeliones contra los gobiernos implementados. A la imagen de Ecuador en octubre con el aumento del precio del gasóleo o en Chile con el precio del ticket de transporte público.
Opiniones externas y perspectivas futuras
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, advirtió a los presidentes de Venezuela y Nicaragua, Nicolás Maduro y Daniel Ortega, respectivamente, que la salida del poder de su (hasta ahora) homólogo boliviano, Evo Morales, era una señal para ellos.
“Estos acontecimientos lanzan una fuerte señal a los regímenes ilegítimos en Venezuela y Nicaragua de que la democracia y la voluntad del pueblo siempre prevalecerán”, aseguró Trump en un comunicado.
Tras las elecciones en Bolivia y las acusaciones de fraude, el Gobierno Español, cuanto a él, mostró su apoyo a que la Organización de Estados Americanos (OEA) audite el resultado de estas elecciones. El ejecutivo considera que permitiría “restituir la credibilidad” y “garantizar el respeto a la voluntad democrática” de los votantes.
El Gobierno ruso mostró su apoyo a Evo Morales en un comentario breve sobre la situación en Bolivia y denuncia un golpe de estado: “Suscita una honda preocupación el que la disposición del gobierno a buscar soluciones constructivas en el marco de un diálogo haya sido arrasada por unos sucesos que semejan un golpe de Estado instrumentado”.
Podemos destacar el hecho que existen claramente dos puntos de vista que se oponen, por una parte, los EE.UU que se oponen de forma radical a Evo Morales y Rusia que por su parte lo soporta. Y entre los dos están los países europeos que en la mayoría no toman realmente una posición fuerte y prefieren acordar su confianza a una revisión de los votos.
En cuanto a Evo Morales, dijo en una reciente entrevista de BBC Mundo “Los movimientos sociales, el movimiento indígena o el pueblo alteño (de la ciudad Aymara de El Alto) solo nosotros los podemos parar. Van a seguir combatiendo contra la dictadura” refiriéndose a su partido político como defensor de la democracia.
Hoy en día Bolivia está pasando por un periodo de caos social y se puede esperar de las nuevas elecciones un acuerdo entre los bolivianos. Sin embargo, el expresidente Morales estaba soportado por una importante parte de la población boliviana que hoy en día queda insatisfecha y sigue protestando.
En cuanto al desarrollo económico de América Latina, el futuro parece muy incierto y dependente de las políticas económicas mundiales. Sin embargo, lo cierto es que esta crisis tiene efectos catastróficos sobre las poblaciones. Las perspectivas económicas mundiales del FMI prevén un crecimiento económico anual de 2,3% en 2020 lo que da esperanza para el comienzo de un punto de inflexión en la economía sudamericana en un futuro próximo.
Fuentes: Noticias Sin, CNN, Bloomberg & world ban
Un artículo de Alban Bosy y Hugo Martel, estudiantes en Licencia Economía y Gestión de la Universidad Paris-Dauphine en el campus de Madrid.
Las posiciones mantenidas en este articulo solo comprometen a su autor.